¿Qué es la Toxina Botulínica?
La Toxina Botulínica es una proteína natural purificada que relaja los músculos del rostro. Se inyecta en pequeñísimas dosis donde existen arrugas de expresión como: el entrecejo, frente y patas de gallo, para conseguir la eliminación o atenuación de las mismas y prevenir la aparición de nuevas arrugas. También puede ser usado en conjunto con cirugías para levantamiento de frente, estiramientos faciales, y cirugía de párpados; para combatir dolores de cabeza de migraña; y para eliminar hiperhidrosis (excesiva transpiración). Esto tiene un período durable de entre 3 8 meses.
¿En qué consiste el procedimiento?
De forma ambulatoria la toxina botulínica se aplica mediante microinyecciones prácticamente indoloras y sin anestesia. Se inyecta superficialmente en las zonas donde hay arrugas faciales de expresión (como en el entrecejo, frente y patas de gallo) y en un tiempo muy corto, unos 15 – 25 minutos, dependiendo de las áreas a tratar. Una vez finalizado el tratamiento se puede volver a retomar la actividad normal inmediatamente, sin embargo, entre las recomendaciones es necesario acostarse y evitar hacer ejercicio durante las siguientes cuatro horas.
Beneficios:
- Suaviza el rostro haciéndolo lucir hermoso y radiante
- Le otorga vida y dulcifica la mirada
- Reduce el 75% de las arrugas
- No se presentan hematomas luego de su aplicación
- El paciente puede volver a su actividad laboral sin inconvenientes
- Altamente eficaz en el tratamiento de la hipersudoración
Resultados:
Los efectos se empiezan a observar normalmente a partir del tercer día y, de forma progresiva, van aumentando y borrando las arrugas poco a poco. El rejuvenecimiento es evidente y la expresión facial queda más relajada, dando una sensación de tener una cara más descansada, joven y sin arrugas. Para mantener las arrugas difuminadas y prevenir la aparición de nuevas, se recomienda realizar un tratamiento cada cuatro meses al principio y a partir del segundo año una aplicación cada seis meses. La duración del efecto es aproximadamente seis meses. Los efectos van disminuyendo progresivamente hasta desaparecer completamente.